*- Los Gobernadores Terminan y se van...
*- “Pero yo me Quedé” Dice el político
*- Hay Mil Necesidades que Deben Conocerse
*- Hice un Gobierno Duro
-¿Su carisma es innato o lo ha desarrollado y cultivado al ser servidor público?
-Bueno, ¿la definición de “carisma”, oye?
-En el idioma, en el lenguaje moderno se le dice “ángel”, “tener ángel”.
-Y, yo, ¿tengo “ángel”?
-¡La gente dice que sí!
Muy divertido con la pregunta, y la festeja con una sonora carcajada que retumba en su despacho.
Rodríguez Elías continúa adelante con la entrevista.
-Usted va por la calle y la gente voltea a verlo.
Rodríguez Elías, es muy modesto y, a lo mejor no quiere reconocer que tiene “ángel”.
-Mira: casi todos los gobernadores de todos los estados terminan y se van y yo, terminé y me quedé y aquí vivo y creo que le da curiosidad a la gente.
Ahora, no se...mi manera de ser muy diferente a la de Pámanes, a la del licenciado García...quizá llame la atención.
Yo me siento muy comprometido con la gente aquí en Zacatecas. Han sido muy atentos conmigo, con mi familia, con mi esposa.
Y yo, hice un Gobierno muy duro, duro. Necesitaba poner orden, ¡oiga!
Entonces, para eso tiene que obrarse con rigidez, con radicalidad. Entonces, yo hice un Gobierno radical, duro. El que la hacía, la pagaba. El que debía impuestos, los pagaba. No había, este...y los servidores públicos, el que se desviaba, la pagaba.
Un procurador se fue huyendo a Torreón, y a otro, lo metimos en la cárcel, y jueces, y destituciones y todo eso porque estábamos vigilantes y habiendo hecho un Gobierno duro, no creo que haya quien...
Pero como castiga, premia.
*- “Pero yo me Quedé” Dice el político
*- Hay Mil Necesidades que Deben Conocerse
*- Hice un Gobierno Duro
-¿Su carisma es innato o lo ha desarrollado y cultivado al ser servidor público?
-Bueno, ¿la definición de “carisma”, oye?
-En el idioma, en el lenguaje moderno se le dice “ángel”, “tener ángel”.
-Y, yo, ¿tengo “ángel”?
-¡La gente dice que sí!
Muy divertido con la pregunta, y la festeja con una sonora carcajada que retumba en su despacho.
Rodríguez Elías continúa adelante con la entrevista.
-Usted va por la calle y la gente voltea a verlo.
Rodríguez Elías, es muy modesto y, a lo mejor no quiere reconocer que tiene “ángel”.
-Mira: casi todos los gobernadores de todos los estados terminan y se van y yo, terminé y me quedé y aquí vivo y creo que le da curiosidad a la gente.
Ahora, no se...mi manera de ser muy diferente a la de Pámanes, a la del licenciado García...quizá llame la atención.
Yo me siento muy comprometido con la gente aquí en Zacatecas. Han sido muy atentos conmigo, con mi familia, con mi esposa.
Y yo, hice un Gobierno muy duro, duro. Necesitaba poner orden, ¡oiga!
Entonces, para eso tiene que obrarse con rigidez, con radicalidad. Entonces, yo hice un Gobierno radical, duro. El que la hacía, la pagaba. El que debía impuestos, los pagaba. No había, este...y los servidores públicos, el que se desviaba, la pagaba.
Un procurador se fue huyendo a Torreón, y a otro, lo metimos en la cárcel, y jueces, y destituciones y todo eso porque estábamos vigilantes y habiendo hecho un Gobierno duro, no creo que haya quien...
Pero como castiga, premia.
En el Gobierno se está para estimular, para impulsar.
Todo el que quiera hacer algo, hay que estimularlo si va al Gobierno, como iban muchas gentes. “Oiga, estoy haciendo mi casa”, a ver, vayan a ver lo que está haciendo, si él tiene ya algunos adobes, llévenle más adobes. Que ya enrazó su cuartito, llévenle vigas.
Hay que estimularlo.
Que una gente está haciendo un negocio, un trabajo...
Llegó a haber casos de gentes que se quisieron ir de Zacatecas ¿qué les hace falta? ¿Por qué esto...?
Hay que ayudar y estimular a la gente que trabaja y hay que estar al pendiente de todos, por eso hay que abrir las puertas.
Por eso, yo siempre tenía las puertas abiertas.
Ahí conmigo se hacía la lista, se abría a las ocho de la mañana y se cerraba a las doce del día, si se apuntaban trescientos, trescientos entraban a la audiencia...Para estar al pendiente de lo que hubiera.
En un caso, con unas gentes que se fueron a quejar: “Oiga usted, pos allá en el rancho hay un fulano que tiene un buen caballo y muy buena pistola, ya no lo aguantamos porque hace unas remolinas y se lleva a fulana y se lleva a mengana, se emborracha...ya no podemos salir los hombres al trabajo”.
Entonces, ahí voy yo personalmente al hacer una gira.
El mal ejemplo podía cundir en la misma comunidad o en comunidades vecinas. Le hablo yo. Lo traen: le hago amenazas (hasta de muerte).
Doy órdenes de que lo vigilen.
Que se metan arbitrariamente a su casa (porque en el Gobierno, hay que actuar, a veces, arbitrariamente).
Que le saquen las armas, que la silla se rife en el rancho, “si no te deshaces del caballo, te lo vienen a matar”...
Se aplacó, y la gente se puso a trabajar.
Por eso, hay que abrir las puertas.
Hay mil necesidades, mil problemitas y si tu, desde el Gobierno resuelves cada una de esos casos que te sean posible, que se disgregara para resolver todos los que te fuera posible, los posibles, ¿verdad? ¿Qué seria de nuestro Estado, de nuestro País? Otro, ¿verdad?
A cuanta gente por un fatalismo se le murió un animal de su yunta...Pos a ver que hay en el mostrenco de aquí de Zacatecas, de Fresnillo, de Río Grande...”A ver donde hay una bestia para que este hombre no ande deambulando”.
No tenemos un desarrollo todavía para encasillarnos a gobernar.
Hay mil necesidades que deben conocerse y solamente quien gobierna las puede remediar.
Todo el que quiera hacer algo, hay que estimularlo si va al Gobierno, como iban muchas gentes. “Oiga, estoy haciendo mi casa”, a ver, vayan a ver lo que está haciendo, si él tiene ya algunos adobes, llévenle más adobes. Que ya enrazó su cuartito, llévenle vigas.
Hay que estimularlo.
Que una gente está haciendo un negocio, un trabajo...
Llegó a haber casos de gentes que se quisieron ir de Zacatecas ¿qué les hace falta? ¿Por qué esto...?
Hay que ayudar y estimular a la gente que trabaja y hay que estar al pendiente de todos, por eso hay que abrir las puertas.
Por eso, yo siempre tenía las puertas abiertas.
Ahí conmigo se hacía la lista, se abría a las ocho de la mañana y se cerraba a las doce del día, si se apuntaban trescientos, trescientos entraban a la audiencia...Para estar al pendiente de lo que hubiera.
En un caso, con unas gentes que se fueron a quejar: “Oiga usted, pos allá en el rancho hay un fulano que tiene un buen caballo y muy buena pistola, ya no lo aguantamos porque hace unas remolinas y se lleva a fulana y se lleva a mengana, se emborracha...ya no podemos salir los hombres al trabajo”.
Entonces, ahí voy yo personalmente al hacer una gira.
El mal ejemplo podía cundir en la misma comunidad o en comunidades vecinas. Le hablo yo. Lo traen: le hago amenazas (hasta de muerte).
Doy órdenes de que lo vigilen.
Que se metan arbitrariamente a su casa (porque en el Gobierno, hay que actuar, a veces, arbitrariamente).
Que le saquen las armas, que la silla se rife en el rancho, “si no te deshaces del caballo, te lo vienen a matar”...
Se aplacó, y la gente se puso a trabajar.
Por eso, hay que abrir las puertas.
Hay mil necesidades, mil problemitas y si tu, desde el Gobierno resuelves cada una de esos casos que te sean posible, que se disgregara para resolver todos los que te fuera posible, los posibles, ¿verdad? ¿Qué seria de nuestro Estado, de nuestro País? Otro, ¿verdad?
A cuanta gente por un fatalismo se le murió un animal de su yunta...Pos a ver que hay en el mostrenco de aquí de Zacatecas, de Fresnillo, de Río Grande...”A ver donde hay una bestia para que este hombre no ande deambulando”.
No tenemos un desarrollo todavía para encasillarnos a gobernar.
Hay mil necesidades que deben conocerse y solamente quien gobierna las puede remediar.
Tomado del Libro "José Rodríguez Elías, contado por él mismo" de Benito Alvarez Serrano.
De venta en el Vips de González Ortega.
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