lunes, 30 de noviembre de 2009

JOSÉ LUIS MEDINA LIZALDE

Recreo
La historia, esa gran maestra
Noviembre 30, 2009

Por J. Luis Medina Lizalde


Al principio
Raymundo Cárdenas se ha autoexcluido del mecanismo en marcha para construir una candidatura a gobernador del estado, José Narro enfrenta la probabilidad de ser excluido a partir de una especulación jurídica que lo torna inelegible por haberse domiciliado en Veracruz para allanar su camino a San Lázaro por la vía plurinominal. Si esto último se confirma, quedan con posibilidades de acceder Javier Calzada y Antonio Mejía, dos personalidades políticas del círculo de confianza de la gobernadora Amalia García, la titular del onceavo sexenio. (Antes de 1944 el periodo gubernamental era de cuatro años).
Las posibilidades de que Amalia García imponga sucesor aún no se pueden apreciar pues en realidad estamos viviendo sólo los primeros escarceos, solamente que con una publicidad inédita. Ni siquiera hay convocatoria para las elecciones internas.
En el pasado únicamente Leobardo Reynoso (1944 1950) y José Isabel Rodríguez Elías (1962-1968) han logrado imponer sucesor. El resto, por un motivo u otro falló en el intento.

La vía corta del amor al odio
Las relaciones entre el gobernante y su antecesor tienden de regular a malas, las inevitables comparaciones que la gente hace, terminan por producir recelos que, cuando hay oficio político, sobre todo de quien ejerce el poder en ese momento, no pasa a mayores.
Lo llamativo del caso zacatecano es que en los dos casos en que el gobernante impuso sucesor, la ruptura con el antecesor fue más marcada que en los casos en que el ungido no era el predilecto del gobernante.
Las crónicas cuentan la glacial soledad que envolvió el recinto cuando, al finalizar la ceremonia en donde después de rendir su último informe José Minero Roque y rendía protesta el nuevo titular del ejecutivo Francisco Espartaco García Estrada, (antes se acostumbraba una sola ceremonia) Minero Roque sale rodeado de los huidizos ojos de los que antes se desvivían en quedar bien y que ahora fingían no verlo porque lo sabían defenestrado por el supremo hacedor de destinos políticos: “Don Leobardo”, el mismo que lo había hecho gobernador.
Minero Roque salió del teatro Calderón aquel aciago día acompañado sólo por su leal asistente Rubén Batres. Se enfiló a Guadalupe, al “campo de aviación” en donde le esperaba la aeronave que lo trasladó hasta la ciudad de México para iniciar una meritoria carrera docente. Nunca regresó a Zacatecas ni a la política aquel culto seminarista.
El quiebre de las relaciones de Pedro Ruiz González con su entrañable antecesor, empezó en el mismo septiembre de la consagración, en la plaza de toros “San Pedro”, en su presencia, un entonces joven apellidado Zamora, saludó la presencia del exgobernador Chabelo en las gradas de sol con un mexicanísimo “ya llegó su padre cabrones”, con lo que produjo estruendosa manifestación de simpatía.
Luego vendrían muchos e intensos desencuentros que encontraron su final hasta la trágica muerte del ingeniero Ruiz González, ya siendo exgobernador.
No está demás extraer enseñanzas de la historia ahora que la ciudadanía enfrenta el trance sucesorio, en circunstancias que hace unos días le escuché describir al más leal de los aliados de Amalia García diputado José Refugio Medina: “alrededor de la gobernadora no hay voces exentas de su propio interés”.

Al último
el que tenga perros que los amarre...
La estrategia de la polarización es válida en tiempos normales, pero hoy constituye una manifestación de irresponsabilidad de parte de quien la promueva deliberadamente. Nunca antes los zacatecanos habíamos entrado a un proceso político de sucesión gubernamental con la delincuencia organizada acumulando poder, imponiendo su ley sin que encuentre respuesta disuasiva.
El pasado 22 de noviembre se canceló la votación para las elecciones internas del PRD en la comunidad de Milagros en Ojocaliente. A los malosos les bastó con disparar al aire a cierta distancia para que su mensaje se entendiera... y se entendió. La casilla no se instaló.
Esta realidad nos impone la obligación hacer política con inteligencia, porque pueden pasar cosas que nunca habían pasado.
Percibo un enrarecimiento de la atmósfera que no puede ser estimulado, aquí la responsabilidad es proporcional al poder que se detenta. Aunque eso no exime de responsabilidad a nadie.
Por esas razones el “cristalazo” que sufrió un vehículo de Tomás Torres en la madrugada de este domingo debe investigarse a fondo para descartar algún móvil político.
El general Lázaro Cárdenas tenía una frase que se aplica al momento que estamos viviendo: “el secreto está en el modito”
Nos encontramos el jueves en El recreo.

luismedinalizalde@gmail.com
Tomado de IMAGEN 30 Nov 2009

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