Sergio Candelas Villalba es mi amigo desde hace ya muchos años. Nuestros padres fueron amigos y de ahí viene un aprecio especial. Ya en el desempeño de nuestras respectivas actividades profesionales coincidíamos en ocasiones, lo observaba a distancia y sabía de él por sus correrías de reportero de gran reconocimiento por su agudeza, laboriosidad y rigor ético. Periodista querido y admirado por sus colegas periodistas, quienes hacían la crónica y la opinión editorial de la actividad pública al más alto nivel, en los años setentas. En Los Pinos el “Capi” Candelas era famoso y respetado. Los Presidentes de la República de entonces lo leían y lo consideraban en sus opiniones. Un periodista zacatecano de reconocimiento nacional nunca suficiente y al nivel de sus merecimientos.
Nos ayudó a comunicar las acciones del gobierno en Zacatecas a Don Guadalupe Cervantes Corona y a mí. En su tierra, Sergio Candelas, ha dejado escuela de profesionalismo, capacidad periodística y rectitud moral.
Ha sido pues un hombre de letras; de muchas letras. Escribir ha sido su destino y su pasión.
Un día del año pasado recibí una sorpresiva llamada de Sergio y me comentó que estaba metido de lleno en escribir sobre Francisco García Salinas. Me dio gusto y lo felicité. Pasaron unos meses y me volvió a llamar para darme la noticia que de plano se había lanzado a escribir un libro sobre tan relevante personaje y que estaba cada día más admirado y asombrado de la estatura política, intelectual, ideológica y moral de García Salinas.
Hace algunas semanas me invita a presentar su libro; a pesar de ocupaciones intensas y viajes frecuentes, por Sergio y por García Salinas no me pude negar; acepté y le pedí que enviara el texto. Me hizo llegar un CD y al reproducirlo en papel resultó de un volumen impresionante: el libro tiene 1,260 páginas. Es el primer comentario que hay que hacer del libro que hoy se presenta; su dimensión, lo cual habla de una de sus características principales; la minuciosidad, lo exhaustivo de la investigación. El libro en cuestión no es solamente una biografía de Francisco García Salinas; es un importante libro de historia de Zacatecas y de México, referida a una época fundacional de la Nación Mexicana.
No acabé de leer completo el libro; llegué hasta un poco más de la mitad, entre otras cosas porque el estilo periodístico de las narrativas, la ya mencionada minuciosidad, la descripción del entorno, los detalles para mí, y seguramente para la mayoría de los lectores, desconocidos de las condiciones humanas, sociales, culturales y físicas del Zacatecas de principios del siglo XIX; todo ello me obligó a leer despacio, con atención, con verdadero disfrute.
Como ya dije, más que una biografía, es en realidad un estupendo libro de historia escrito por un periodista, es pues periodismo histórico. Sergio no negó la cruz de su parroquia: Ha sido, es y seguirá siendo periodista y al escribir sobre la vida de un personaje le salió lo periodista y surgió un libro formidable, único, original. Profundo y sabroso; político y costumbrista; ideológico y literario. En suma, una crónica histórica.
Antes de referirme al personaje central del libro, permítanme comentar algunos aspectos de esta primer característica del libro como relato de una época, crónica detallada y exhaustiva de un tiempo fundacional de nuestra tierra zacatecana.
Nunca había oído que a nuestra ciudad capital se le llamara Cisplatina, así la menciona Sergio en el libro; me sorprendió! También la historia del obelisco estilo egipcio que en honor del Rey Luis I mandó construir, en lo que hoy es la Plaza de Armas, Don José de Rivera Bernárdez; que la plaza Villarreal tiene esa denominación en honor a José de Villarreal Gutiérrez del Castillo, padre de Juan Ignacio María de Castorena Ursúa, fundador de la primera Gaceta de México; la descripción de los mineros al relatar el tiempo en que García Salinas fue contratado por la negociación El Compromiso de Vetagrande; transcribo: “Los mineros caminaban con la vista puesta en la tierra, como en procesión aislada, rumbo a la mina vieja y rica, para más señas, que operaba desde 1548. Los barreteros portaban sombreros de paja, estilo jarano, con tortero en la mano derecha, portados de alimentos que consumirían llegada la hora del almuerzo”. Fíjense el detalle al que llega el autor para comentar el desempeño laboral de Tata Pachito cuando fue empleado en Vetagrande: “A las 5:00 hrs. debía de estar presente en la entrada de la mina para su primer día de trabajo en el Tiro General, de 900 varas de profundidad. Vestía chupa de manta trigueña que cubría el tronco de su cuerpo y calzón de la misma tela amarrado con un cotense en la cintura con dos perneras holgadas en su cuerpo hasta los muslos, y otro cruzado sobre la espalda; casto protector de baquelita de color chocolate; una lámpara de carburo colgaba de su cinto, botas con garbancillos en la suela de baqueta para no resbalar en los pisos lodosos por los que siempre había agua corriente…” y así sigue. Así está todo el libro; así se describe la historia de Quebradilla con De la Borda y después Fermín Antonio Apezechea, Ventura Arteaga, Penmartín, todos ellos influencias en la formación minera y productiva de García Salinas.
Así se describe su origen jerezano, su vida en San Pedro Piedra Gorda, sus estudios en el Convento de Guadalupe y en el Seminario de Guadalajara, sus lecturas liberales inglesas, francesas y norteamericanas, la influencia de su maestro Francisco Severo Maldonado (otro gran personaje zacatecano), sus faenas en el campo en Trancoso y todo aquello que formó parte decisiva en su formación humana y política.
García Salinas es un personaje fundamental desde luego de Zacatecas pero destacadamente de la Nación mexicana. Sin García Salinas quizá Zacatecas y México fueran diferentes porque con lucidez y firmeza contribuyó a colocar los cimientos del edificio nacional.
Se hizo político de manera natural, sin proponérselo; se fue forjando porque tenía la madera zacatecana con sensibilidad humana y social y una innata generosidad aunado a una mente lúcida y un profundo patriotismo. Se hizo político por amor a su tierra y a su gente. Sus lecturas fueron modelando su pensamiento, sus trabajos le proporcionaron experiencias vividas, lo cual permitió que García Salinas fuese un político de ideas y de acción. Ni ideas en abstracto, ni acciones sin fundamentos ideológicos. Desde Síndico Procurador del Ayuntamiento de Zacatecas, Diputado, Senador, Gobernador, Secretario de Estado, siempre fue coherente, consistente, firme, generoso estudioso y activista.
Candelas nos ofrece un libro que todos los zacatecanos debemos leer y releer, para conocernos mejor y comprender nuestra identidad zacatecana, pero sobre todo para tener bien claro cuál es nuestro origen y nuestro fundamento; cómo son los cimientos y la estructura de nuestra casa zacatecana y nacional; cuáles son los invariables y vigentes principios ideológicos, liberales, republicanos, democráticos y sociales que siempre han de guiar el devenir de nuestra patria.
También hay que agradecerle a Candelas que nos entrega un libro para encontrar en García Salinas al personaje paradigmático del verdadero político y líder zacatecano y no dejarnos engañar por liderazgos falsos, retóricos, demagógicos y corruptos. En García Salinas tenemos el ejemplo del practicante de la política limpia, firme, patriótica, desinteresada y generosa.
Del perfil político de nuestro ilustre biografiado son varios los aspectos a destacar que lo engrandecen a través del tiempo y de cara a la historia. El primero sin duda es su formación; la filosófica humanista; la filosófica liberal: la filosófica en economía política; la minera industrial; la campesina e incluso, marginalmente y por condiciones obligadas, la militar.
Es decir; fue un político con formación sólida, recibida de maestros y como disciplinado autodidacta, ya que fue un ávido y reflexivo lector. Fue un político con proyecto; su quehacer político siempre tuvo un sentido, un rumbo, un propósito explícito en total fidelidad a sus ideas y convicciones. Ejerció la política para algo específico, para edificar, para crear condiciones, para hacer posible lo que consideraba indispensable y valioso para Zacatecas y para la patria mexicana. No hizo política para tener poder y mucho menos para usarlo arbitrariamente, despóticamente, caciquilmente, ya no se diga para acumular riqueza personal. Esta manera de hacer política es la anti-García Salinas es exactamente la contraria, el reverso de la medalla, el sentido opuesto.
Fue un político por ser patriota, por ser generoso, por querer luchar hasta el límite de su existencia por su pueblo y su patria. Un político con proyecto hemos dicho ya, con ideología definida, clara y sin variaciones.
Con ese bagage moral e intelectual fue miembro del Primer Congreso Constituyente de la Nación Mexicana -por ciento qué interesante y sabrosa la descripción que hace Candelas de su llegada en 18 a la Ciudad de México- decisivo creador de la milicia nacional, estuvo ahí con una dignísima posición cuando Iturbide disolvió el Congreso; se opuso con la fuerza del pensamiento y la acción a que México fuera una monarquía constitucional –hay que leer todo esto, así como la detallada descripción en el libro en comento de la abdicación y destierro de Iturbide, así como de los requerimientos para embarcarse a Europa; es muy ilustrativo y entretenido sin duda-.
Quien les habla sabía de la capacidad y conocimientos de García Salinas en las materias de economía, pero francamente me sorprendió su exposición ante el Congreso respecto a un dictamen de la Comisión de Hacienda que tenía que ver con la incipiente política fiscal, industrial y comercial. Es sorprendente la profundidad teórica del debate virtual que hace en su disertación con el ilustre teórico del pensamiento económico de aquella época y de gran influencia académica y práctica Juan Bautista Say que hoy día es un clásico de la economía como ciertamente también lo es Adam Smith. Es notable ese pasaje del libro y muy revelador de la profundidad teórica y la sólida formación de García Salinas en la materia económica.
Una parte hasta emocionante del libro es el triunfo inicial de las ideas federalistas y la proclamación de la Diputación Provincial de Zacatecas cuando el 12 de Julio (ese día deberíamos conmemorarlo anualmente) de 1823 al declarar al Estado como Soberano de sí mismo, “…y no depende de los demás que componen la gran Nación Mexicana, sino en lo que tenga relación al bien general de ella”.
Es imprescindible la lectura del texto que García escribió para El Federalista en junio de ese año, que tituló: “Reflexiones sobre el origen y naturaleza de los gobiernos federados”. Obsérvese si no, la claridad del pensamiento respecto a esta conformación del Estado nacional; transcribo: “…la mejor organización de una República Federada, podría resolverse asentando estas dos bases o reglas. Primera: Dar a un Congreso o cuerpo nacional tanta suma de poder cuanta sea necesaria para promover el bien y conservar la unidad de la nación; Segunda: conceder a los miembros o Congresos Provinciales cuantas facultades necesiten para promover el peculiar de sus individuos, sin dañar a la unidad nacional.
Estas son señoras y señores las ideas fundacionales de la Nación Mexicana; las de Francisco García Salinas y su lúcida generación de liberales. Que no se nos olvide.
Estas ideas se difundían en periódicos creados para ello como el ya mencionado El Federalista de muy corta vida; el Correo Político primer periódico político y literario de Zacatecas con Marcos de Esparza, Manuel González Cosío, Fernando Calderón y varios de los más ilustrados miembros de la Sociedad Patriótica Amigos del País formada por García Salinas y cuyo lema fue: “trabajo, amor y constancia”. Destaco aquí la creación en 1826 de otro periódico “El Censor Zacatecano” y sobre todo su lema que fue una frase de Juan Jacobo Rouseau que me importa mucho subrayar hoy aquí; dice: “El pueblo jamás se corrompe; pero muy a menudo se engaña”. Ojo amigos y paisanos zacatecanos; tomemos muy en cuenta la advertencia del gran Rouseau, creador del concepto de ciudadanía y del principio de la soberanía popular; por algo el periódico el “Censor Zacatecano” la utilizó como su lema editorial; no permitamos que el pueblo de Zacatecas sea engañado por intereses ruines y perversos.
Son muchísimos más los tópicos que habrían de referirse al presentar el libro de Candelas pero es amplísimo y el tiempo limitado. Esta obra revela la influencia del pensamiento liberal de origen inglés, francés y norteamericano en la formación de la Nación como corriente democrática y progresista. Así se hizo la Constitución de 1824. James Michener en su libro Texas de Random House, New York dice que “la constitución mexicana de 1824, fue mejor que la de Estados Unidos, de la que tomó ejemplo, pero la superó”; aunque también comenta “…pero nunca tuvieron la habilidad administrativa para implementarla”.
No se pierdan la narrativa de la visita que hizo a Zacatecas, Fresnillo y Sombrerete el embajador inglés Ward y la anécdota de su esposa que debido a un desperfecto en el carruaje tuvo que quedarse unos días en Fresnillo, lo que le dio ocasión para pintar el paisaje de los cerros e inmediaciones como Proaño. Era una destacada pintora. ¿Existirán esas pinturas? ¡Qué interesante!
Otro pasaje importante en el libro es cuando García Salinas es propuesto como Secretario de Hacienda, las observaciones y sugerencias que hizo al Presidente Guadalupe Victoria y su posterior renuncia ante la negativa presidencial de actuar con la prudencia que García aconsejó. Es interesante porque este hecho tuvo fuertes repercusiones políticas posteriores en su contra.
Es de subrayar asimismo la creación por García Salinas del Partido de Los Imparciales ante el encono y enfrentamiento entre las corrientes liberales en pugna escoceses y yorkinos. Es un hecho relevante no me extiendo. Recomiendo su lectura.
El 1° de enero de 1829 asume como Gobernador de Zacatecas. Su legado es profundo e imperecedero; es paradigmático y ejemplar. Quisiera extenderme en destacar la obra de García Salinas como Gobernador. No es aquí el momento, los remito al libro: ahí está muy bien y completo el relato e incluso podríamos decir la crónica de Candelas al respecto.
No debo omitir algunos de los rasgos característicos. Su honestidad, su entrega al servicio, el respeto y atención esmerada a la gente, la ausencia de demagogia, su sentido práctico, su afán por mejorar las condiciones de vida del pueblo, su indignación por la pobreza, su negativa a aceptar como fatalidad la geografía y el clima como causas del atraso, su visión industriosa, su firmeza y dignidad para defender los supremos intereses del Estado y sus fundamentos y principios liberales y sociales, su combate férreo a la criminalidad, su serena audacia para innovar y crear nuevas instituciones precursoras y sobre todo su coherencia y fortaleza ideológica.
La Milicia Cívica; la promoción de la industria textil; la ley de rescate o cambio de platas en los pueblos del Estado; la prohibición de las sociedades secretas; la creación de la original modalidad no paternalista de reparto de tierras para fomentar el empleo y la productividad en el campo, la creación pionera y también precursora del Banco Zacatecano como instrumento para desinmovilizar tierras ociosas y obras pías, fincas rústicas, bienes muebles, huertas y terrenos de cualquier clase para poner en cultivo y ser aplicado al trabajo; la ley sobre alcabalas y libertad de derecho; su actitud y desempeño ante la gravísima pandemia de cólera que azotó al Estado; su enérgica oposición a la censura a la libertad de expresión intentada por el Presidente Vicente Guerrero y su dignísima y valiente oposición al Plan Jalapa inspirado por los ominosos intereses de Santa Ana; todo el episodio relativo a Aguascalientes, y su empeño por forjar instituciones sólidas para la recta y humana impartición de justicia. El caso de los reclusorios es revelador.
En suma, el gobernante completo, entregado a su responsabilidad, sobrio, generoso, firme, visionario, justo y respetuoso de los derechos y libertades ciudadanas; culto, abierto a las ideas universales, promotor de la inversión y del trabajo como fuente de riqueza en beneficio del progreso de todos. Liberal, democrático, federalista, ajeno por completo al autoritarismo y al abuso del poder.
Un auténtico patriota, forjador de la Nación y de las instituciones fundacionales; todo un ejemplo de político, a mucha honra hijo de esta tierra zacatecana.
Hasta aquí llegué… ya no pude terminar la lectura del libro… me alcanzó esta fecha de su presentación; lo concluiré con placer e interés. Lo recomiendo como zacatecano para no perder nuestras coordenadas y como dijo Reyes Heroles “andar con la sonda en la mano…” y no extraviarnos.
México vive hoy uno de los momentos más críticos de su historia; que el legado, la memoria y la guía de García Salinas inspiren a gobernantes, políticos y ciudadanos a salir airosos de tan preocupante situación. México es nuestra patria, es nuestra casa, es nuestro territorio, nuestro espacio, nuestra cultura. Zacatecanos; estamos en graves riesgos. Cuidemos a nuestra patria que es lo mismo que cuidar la casa de nuestros hijos.
Felicidades Sergio; has hecho un gran trabajo; es un libro importante; es la cumbre de tu profesión de periodista, es un legado valiosísimo, tu empeño, dedicación y constancia no serán en vano, dejas huella honda y entrañable. Toda tu vida de periodista se corona hoy, con esta entrega de ciudadano patriota y zacatecano digno. Muchas gracias por tu esfuerzo.
DISCURSO PRONUNCIADO POR GENARO BORREGO ESTRADA EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LOS ANALES DE GARCÍA" DE SERGIO CANDELAS VILLALBA EN EL PATIO DE RECTORIA DE LA UAZ.
Nos ayudó a comunicar las acciones del gobierno en Zacatecas a Don Guadalupe Cervantes Corona y a mí. En su tierra, Sergio Candelas, ha dejado escuela de profesionalismo, capacidad periodística y rectitud moral.
Ha sido pues un hombre de letras; de muchas letras. Escribir ha sido su destino y su pasión.
Un día del año pasado recibí una sorpresiva llamada de Sergio y me comentó que estaba metido de lleno en escribir sobre Francisco García Salinas. Me dio gusto y lo felicité. Pasaron unos meses y me volvió a llamar para darme la noticia que de plano se había lanzado a escribir un libro sobre tan relevante personaje y que estaba cada día más admirado y asombrado de la estatura política, intelectual, ideológica y moral de García Salinas.
Hace algunas semanas me invita a presentar su libro; a pesar de ocupaciones intensas y viajes frecuentes, por Sergio y por García Salinas no me pude negar; acepté y le pedí que enviara el texto. Me hizo llegar un CD y al reproducirlo en papel resultó de un volumen impresionante: el libro tiene 1,260 páginas. Es el primer comentario que hay que hacer del libro que hoy se presenta; su dimensión, lo cual habla de una de sus características principales; la minuciosidad, lo exhaustivo de la investigación. El libro en cuestión no es solamente una biografía de Francisco García Salinas; es un importante libro de historia de Zacatecas y de México, referida a una época fundacional de la Nación Mexicana.
No acabé de leer completo el libro; llegué hasta un poco más de la mitad, entre otras cosas porque el estilo periodístico de las narrativas, la ya mencionada minuciosidad, la descripción del entorno, los detalles para mí, y seguramente para la mayoría de los lectores, desconocidos de las condiciones humanas, sociales, culturales y físicas del Zacatecas de principios del siglo XIX; todo ello me obligó a leer despacio, con atención, con verdadero disfrute.
Como ya dije, más que una biografía, es en realidad un estupendo libro de historia escrito por un periodista, es pues periodismo histórico. Sergio no negó la cruz de su parroquia: Ha sido, es y seguirá siendo periodista y al escribir sobre la vida de un personaje le salió lo periodista y surgió un libro formidable, único, original. Profundo y sabroso; político y costumbrista; ideológico y literario. En suma, una crónica histórica.
Antes de referirme al personaje central del libro, permítanme comentar algunos aspectos de esta primer característica del libro como relato de una época, crónica detallada y exhaustiva de un tiempo fundacional de nuestra tierra zacatecana.
Nunca había oído que a nuestra ciudad capital se le llamara Cisplatina, así la menciona Sergio en el libro; me sorprendió! También la historia del obelisco estilo egipcio que en honor del Rey Luis I mandó construir, en lo que hoy es la Plaza de Armas, Don José de Rivera Bernárdez; que la plaza Villarreal tiene esa denominación en honor a José de Villarreal Gutiérrez del Castillo, padre de Juan Ignacio María de Castorena Ursúa, fundador de la primera Gaceta de México; la descripción de los mineros al relatar el tiempo en que García Salinas fue contratado por la negociación El Compromiso de Vetagrande; transcribo: “Los mineros caminaban con la vista puesta en la tierra, como en procesión aislada, rumbo a la mina vieja y rica, para más señas, que operaba desde 1548. Los barreteros portaban sombreros de paja, estilo jarano, con tortero en la mano derecha, portados de alimentos que consumirían llegada la hora del almuerzo”. Fíjense el detalle al que llega el autor para comentar el desempeño laboral de Tata Pachito cuando fue empleado en Vetagrande: “A las 5:00 hrs. debía de estar presente en la entrada de la mina para su primer día de trabajo en el Tiro General, de 900 varas de profundidad. Vestía chupa de manta trigueña que cubría el tronco de su cuerpo y calzón de la misma tela amarrado con un cotense en la cintura con dos perneras holgadas en su cuerpo hasta los muslos, y otro cruzado sobre la espalda; casto protector de baquelita de color chocolate; una lámpara de carburo colgaba de su cinto, botas con garbancillos en la suela de baqueta para no resbalar en los pisos lodosos por los que siempre había agua corriente…” y así sigue. Así está todo el libro; así se describe la historia de Quebradilla con De la Borda y después Fermín Antonio Apezechea, Ventura Arteaga, Penmartín, todos ellos influencias en la formación minera y productiva de García Salinas.
Así se describe su origen jerezano, su vida en San Pedro Piedra Gorda, sus estudios en el Convento de Guadalupe y en el Seminario de Guadalajara, sus lecturas liberales inglesas, francesas y norteamericanas, la influencia de su maestro Francisco Severo Maldonado (otro gran personaje zacatecano), sus faenas en el campo en Trancoso y todo aquello que formó parte decisiva en su formación humana y política.
García Salinas es un personaje fundamental desde luego de Zacatecas pero destacadamente de la Nación mexicana. Sin García Salinas quizá Zacatecas y México fueran diferentes porque con lucidez y firmeza contribuyó a colocar los cimientos del edificio nacional.
Se hizo político de manera natural, sin proponérselo; se fue forjando porque tenía la madera zacatecana con sensibilidad humana y social y una innata generosidad aunado a una mente lúcida y un profundo patriotismo. Se hizo político por amor a su tierra y a su gente. Sus lecturas fueron modelando su pensamiento, sus trabajos le proporcionaron experiencias vividas, lo cual permitió que García Salinas fuese un político de ideas y de acción. Ni ideas en abstracto, ni acciones sin fundamentos ideológicos. Desde Síndico Procurador del Ayuntamiento de Zacatecas, Diputado, Senador, Gobernador, Secretario de Estado, siempre fue coherente, consistente, firme, generoso estudioso y activista.
Candelas nos ofrece un libro que todos los zacatecanos debemos leer y releer, para conocernos mejor y comprender nuestra identidad zacatecana, pero sobre todo para tener bien claro cuál es nuestro origen y nuestro fundamento; cómo son los cimientos y la estructura de nuestra casa zacatecana y nacional; cuáles son los invariables y vigentes principios ideológicos, liberales, republicanos, democráticos y sociales que siempre han de guiar el devenir de nuestra patria.
También hay que agradecerle a Candelas que nos entrega un libro para encontrar en García Salinas al personaje paradigmático del verdadero político y líder zacatecano y no dejarnos engañar por liderazgos falsos, retóricos, demagógicos y corruptos. En García Salinas tenemos el ejemplo del practicante de la política limpia, firme, patriótica, desinteresada y generosa.
Del perfil político de nuestro ilustre biografiado son varios los aspectos a destacar que lo engrandecen a través del tiempo y de cara a la historia. El primero sin duda es su formación; la filosófica humanista; la filosófica liberal: la filosófica en economía política; la minera industrial; la campesina e incluso, marginalmente y por condiciones obligadas, la militar.
Es decir; fue un político con formación sólida, recibida de maestros y como disciplinado autodidacta, ya que fue un ávido y reflexivo lector. Fue un político con proyecto; su quehacer político siempre tuvo un sentido, un rumbo, un propósito explícito en total fidelidad a sus ideas y convicciones. Ejerció la política para algo específico, para edificar, para crear condiciones, para hacer posible lo que consideraba indispensable y valioso para Zacatecas y para la patria mexicana. No hizo política para tener poder y mucho menos para usarlo arbitrariamente, despóticamente, caciquilmente, ya no se diga para acumular riqueza personal. Esta manera de hacer política es la anti-García Salinas es exactamente la contraria, el reverso de la medalla, el sentido opuesto.
Fue un político por ser patriota, por ser generoso, por querer luchar hasta el límite de su existencia por su pueblo y su patria. Un político con proyecto hemos dicho ya, con ideología definida, clara y sin variaciones.
Con ese bagage moral e intelectual fue miembro del Primer Congreso Constituyente de la Nación Mexicana -por ciento qué interesante y sabrosa la descripción que hace Candelas de su llegada en 18 a la Ciudad de México- decisivo creador de la milicia nacional, estuvo ahí con una dignísima posición cuando Iturbide disolvió el Congreso; se opuso con la fuerza del pensamiento y la acción a que México fuera una monarquía constitucional –hay que leer todo esto, así como la detallada descripción en el libro en comento de la abdicación y destierro de Iturbide, así como de los requerimientos para embarcarse a Europa; es muy ilustrativo y entretenido sin duda-.
Quien les habla sabía de la capacidad y conocimientos de García Salinas en las materias de economía, pero francamente me sorprendió su exposición ante el Congreso respecto a un dictamen de la Comisión de Hacienda que tenía que ver con la incipiente política fiscal, industrial y comercial. Es sorprendente la profundidad teórica del debate virtual que hace en su disertación con el ilustre teórico del pensamiento económico de aquella época y de gran influencia académica y práctica Juan Bautista Say que hoy día es un clásico de la economía como ciertamente también lo es Adam Smith. Es notable ese pasaje del libro y muy revelador de la profundidad teórica y la sólida formación de García Salinas en la materia económica.
Una parte hasta emocionante del libro es el triunfo inicial de las ideas federalistas y la proclamación de la Diputación Provincial de Zacatecas cuando el 12 de Julio (ese día deberíamos conmemorarlo anualmente) de 1823 al declarar al Estado como Soberano de sí mismo, “…y no depende de los demás que componen la gran Nación Mexicana, sino en lo que tenga relación al bien general de ella”.
Es imprescindible la lectura del texto que García escribió para El Federalista en junio de ese año, que tituló: “Reflexiones sobre el origen y naturaleza de los gobiernos federados”. Obsérvese si no, la claridad del pensamiento respecto a esta conformación del Estado nacional; transcribo: “…la mejor organización de una República Federada, podría resolverse asentando estas dos bases o reglas. Primera: Dar a un Congreso o cuerpo nacional tanta suma de poder cuanta sea necesaria para promover el bien y conservar la unidad de la nación; Segunda: conceder a los miembros o Congresos Provinciales cuantas facultades necesiten para promover el peculiar de sus individuos, sin dañar a la unidad nacional.
Estas son señoras y señores las ideas fundacionales de la Nación Mexicana; las de Francisco García Salinas y su lúcida generación de liberales. Que no se nos olvide.
Estas ideas se difundían en periódicos creados para ello como el ya mencionado El Federalista de muy corta vida; el Correo Político primer periódico político y literario de Zacatecas con Marcos de Esparza, Manuel González Cosío, Fernando Calderón y varios de los más ilustrados miembros de la Sociedad Patriótica Amigos del País formada por García Salinas y cuyo lema fue: “trabajo, amor y constancia”. Destaco aquí la creación en 1826 de otro periódico “El Censor Zacatecano” y sobre todo su lema que fue una frase de Juan Jacobo Rouseau que me importa mucho subrayar hoy aquí; dice: “El pueblo jamás se corrompe; pero muy a menudo se engaña”. Ojo amigos y paisanos zacatecanos; tomemos muy en cuenta la advertencia del gran Rouseau, creador del concepto de ciudadanía y del principio de la soberanía popular; por algo el periódico el “Censor Zacatecano” la utilizó como su lema editorial; no permitamos que el pueblo de Zacatecas sea engañado por intereses ruines y perversos.
Son muchísimos más los tópicos que habrían de referirse al presentar el libro de Candelas pero es amplísimo y el tiempo limitado. Esta obra revela la influencia del pensamiento liberal de origen inglés, francés y norteamericano en la formación de la Nación como corriente democrática y progresista. Así se hizo la Constitución de 1824. James Michener en su libro Texas de Random House, New York dice que “la constitución mexicana de 1824, fue mejor que la de Estados Unidos, de la que tomó ejemplo, pero la superó”; aunque también comenta “…pero nunca tuvieron la habilidad administrativa para implementarla”.
No se pierdan la narrativa de la visita que hizo a Zacatecas, Fresnillo y Sombrerete el embajador inglés Ward y la anécdota de su esposa que debido a un desperfecto en el carruaje tuvo que quedarse unos días en Fresnillo, lo que le dio ocasión para pintar el paisaje de los cerros e inmediaciones como Proaño. Era una destacada pintora. ¿Existirán esas pinturas? ¡Qué interesante!
Otro pasaje importante en el libro es cuando García Salinas es propuesto como Secretario de Hacienda, las observaciones y sugerencias que hizo al Presidente Guadalupe Victoria y su posterior renuncia ante la negativa presidencial de actuar con la prudencia que García aconsejó. Es interesante porque este hecho tuvo fuertes repercusiones políticas posteriores en su contra.
Es de subrayar asimismo la creación por García Salinas del Partido de Los Imparciales ante el encono y enfrentamiento entre las corrientes liberales en pugna escoceses y yorkinos. Es un hecho relevante no me extiendo. Recomiendo su lectura.
El 1° de enero de 1829 asume como Gobernador de Zacatecas. Su legado es profundo e imperecedero; es paradigmático y ejemplar. Quisiera extenderme en destacar la obra de García Salinas como Gobernador. No es aquí el momento, los remito al libro: ahí está muy bien y completo el relato e incluso podríamos decir la crónica de Candelas al respecto.
No debo omitir algunos de los rasgos característicos. Su honestidad, su entrega al servicio, el respeto y atención esmerada a la gente, la ausencia de demagogia, su sentido práctico, su afán por mejorar las condiciones de vida del pueblo, su indignación por la pobreza, su negativa a aceptar como fatalidad la geografía y el clima como causas del atraso, su visión industriosa, su firmeza y dignidad para defender los supremos intereses del Estado y sus fundamentos y principios liberales y sociales, su combate férreo a la criminalidad, su serena audacia para innovar y crear nuevas instituciones precursoras y sobre todo su coherencia y fortaleza ideológica.
La Milicia Cívica; la promoción de la industria textil; la ley de rescate o cambio de platas en los pueblos del Estado; la prohibición de las sociedades secretas; la creación de la original modalidad no paternalista de reparto de tierras para fomentar el empleo y la productividad en el campo, la creación pionera y también precursora del Banco Zacatecano como instrumento para desinmovilizar tierras ociosas y obras pías, fincas rústicas, bienes muebles, huertas y terrenos de cualquier clase para poner en cultivo y ser aplicado al trabajo; la ley sobre alcabalas y libertad de derecho; su actitud y desempeño ante la gravísima pandemia de cólera que azotó al Estado; su enérgica oposición a la censura a la libertad de expresión intentada por el Presidente Vicente Guerrero y su dignísima y valiente oposición al Plan Jalapa inspirado por los ominosos intereses de Santa Ana; todo el episodio relativo a Aguascalientes, y su empeño por forjar instituciones sólidas para la recta y humana impartición de justicia. El caso de los reclusorios es revelador.
En suma, el gobernante completo, entregado a su responsabilidad, sobrio, generoso, firme, visionario, justo y respetuoso de los derechos y libertades ciudadanas; culto, abierto a las ideas universales, promotor de la inversión y del trabajo como fuente de riqueza en beneficio del progreso de todos. Liberal, democrático, federalista, ajeno por completo al autoritarismo y al abuso del poder.
Un auténtico patriota, forjador de la Nación y de las instituciones fundacionales; todo un ejemplo de político, a mucha honra hijo de esta tierra zacatecana.
Hasta aquí llegué… ya no pude terminar la lectura del libro… me alcanzó esta fecha de su presentación; lo concluiré con placer e interés. Lo recomiendo como zacatecano para no perder nuestras coordenadas y como dijo Reyes Heroles “andar con la sonda en la mano…” y no extraviarnos.
México vive hoy uno de los momentos más críticos de su historia; que el legado, la memoria y la guía de García Salinas inspiren a gobernantes, políticos y ciudadanos a salir airosos de tan preocupante situación. México es nuestra patria, es nuestra casa, es nuestro territorio, nuestro espacio, nuestra cultura. Zacatecanos; estamos en graves riesgos. Cuidemos a nuestra patria que es lo mismo que cuidar la casa de nuestros hijos.
Felicidades Sergio; has hecho un gran trabajo; es un libro importante; es la cumbre de tu profesión de periodista, es un legado valiosísimo, tu empeño, dedicación y constancia no serán en vano, dejas huella honda y entrañable. Toda tu vida de periodista se corona hoy, con esta entrega de ciudadano patriota y zacatecano digno. Muchas gracias por tu esfuerzo.
DISCURSO PRONUNCIADO POR GENARO BORREGO ESTRADA EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LOS ANALES DE GARCÍA" DE SERGIO CANDELAS VILLALBA EN EL PATIO DE RECTORIA DE LA UAZ.
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